A principios del siglo XVII, el artista boloñés Annibale Carracci se comprometió con el noble banquero español Juan Enríquez de Herrera a pintar al fresco la capilla de su familia, fundada por Diego de Herrera, en la iglesia de San Jaime de los Españoles de Roma.
La idea del artista fue dedicar toda la obra al santo franciscano Diego de Alcalá. Debido a una enfermedad, Annibale Carracci tuvo que delegar el proyecto en Francesco Albani. En la década de 1830, los frescos fueron removidos de los muros y traspasados a tela, y poco después se enviaron a España. Siete de los frescos se guardaron en el Museo del Prado, y los otros nueve, los que actualmente se pueden ver en el Museu Nacional, en la Reial Acadèmia Catalana de Belles Arts de Sant Jordi. No se conocer el paradero de los otros tres fragmentos que faltan para completar el conjunto, aunque se cree que fueron depositados en la iglesia de Santa Maria de Montserrato, en Roma.
La exposición se completa con una selección de dibujos atribuidos a Carracci o a su taller, procedentes de la propia Acadèmia de Sant Jordi y de Europa, y la tabla del altar de Santa Maria de Montserrato, obra también de Carracci y sus discípulos. La exposición, se presentó primero en el Museo del Prado, del 8 de marzo al 12 de junio de 2022.
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