Hace muchos, muchos años llegaron los romanos a Barcelona. Tras probar varios emplazamientos y tras algunas batallas con los pobladores de aquellas tierras vieron que lo mejor era instalarse entre Las Ramblas y la Via Laietana que en aquella época eran unos arroyos, y no existían ni el Café de La Ópera ni el edificio de Correos. A los romanos realmente les gustó la zona y decidieron quedarse. Así que para protegerse empezaron a construir una muralla. Eso fue en el siglo I AC. Dentro de los límites de esa muralla vivió la Barcelona antigua hasta el siglo XII. Todos muy juntos, unos cuantos siglos. Algunos, quizá por la sensación de agobio y otros porque vivir fuera de la muralla dejó de ser peligroso (al menos por un tiempo) y porque la prosperidad aumentó, fueron creando nuevos emplazamientos extramuros al calorcillo de las iglesias y monasterios.
Y de estas historias y de esa historia han quedado los edificios señoriales de Ciutat Vella con grandes portones para dar acceso a los caballos y sus grandes pisos de techos altos y patios, pero también los edificios para las clases menos favorecidas con sus pisos modestos y sus escaleras iniciáticas a medida de Messner y Passaban; los palacios, palacetes, las iglesias, la Catedral, y los palacetes convertidos en Museos, como el museo Picasso. Y las plazas: la mayor, la Plaça Reial y otras pequeñas o minúsculas que parecen el centro del laberinto pero no, el laberinto continúa. Ya no trotan los caballos por las calles del casco antiguo pero tampoco circulan los coches o al menos no lo hacen por todas. Lo que circula por Ciutat Vella es mucha gente a pie o en bicicleta y, en ocasiones, en nuevos vehículos rodantes individuales que parecen diseñados por un superhéroe de larga capa y enorme cuenta corriente. Mucha vida fluye por el distrito de Ciutat Vella vertebrada por Las Ramblas. Tiendas, bares y restaurantes por doquier, y galerías de arte, movimiento continuo diluido en sus callejuelas tranquilas, oscuras y misteriosas en las que casi se puede tocar ambos lados extendiendo los brazos. También están los edificios modernos que los planes urbanísticos han incrustado en el laberinto de las calles (el MACBA, Universidades, la Filmoteca), y edificios antiguos a los que se les ha incrustado la modernidad (CCCB, Palau de la Musica).
El Raval
Ciutat Vella (ciudad vieja). Barrios antiguos pero no todos iguales. El Raval, uno de los que nació fuera de la muralla aunque, más tarde y con la tercera ampliación, quedase dentro de su perímetro. Hoy, el más multicultural de todos, el más alternativo con bares inimitables como el Pastis, el London, el Marsella o el Almirall cuya existencia, en algunos casos, ha peligrado por diferentes razones.
El Raval, el barrio donde la ópera ardió casi hasta los cimientos y se levantó de nuevo con dificultad, golpeada por la crisis. Y allí donde el mercado de La Boquería ofrece todo tipo de productos frescos, en medio de Las Ramblas. Con el gran gato de Botero en la Rambla del Raval que ha comprado un abono para La Filmoteca que parece haber encontrado su sede definitiva. Sigamos paseando por El Raval: el conjunto de La Santa Creu, el Museo Marítimo, el Palacio de la Virreina, y...se ha inventado incluso un verbo relacionado con El Raval: "ravalear", probablemente una argucia del marketing administrativo para suavizar la imagen de un barrio que en otro tiempo no muy lejano llamábamos barrio chino, lo que en otros lugares del mundo se conoce como barrio rojo. Un recuerdo de hace 30 años: en la calle Lancaster, casi al despuntar el alba, una panadería vendía los primeros cruasanes del día a los noctámbulos antes de abrir al público. Sabían deliciosos ¿Seguirá abierta todavía? ¿Le permitirán vender por la puerta de atrás?
Y ahora ¿Cruzamos Las Ramblas y cambiamos de barrio? Demasiado para un día. Mejor nos vamos al hotel o al apartamento y dejamos el Barrio Gótico para otro día.
Parkings en la zona de El Raval: El Nou Raval y BSM La Boqueria
Hoteles en El Raval
Ciutat Vella (parte 2): El Barrio Gótico
Ciutat Vella (parte 3): Sant Pere, Santa Caterina y la Ribera + la Barceloneta
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