William Eggleston, nacido en Memphis en 1939, es ampliamente reconocido como uno de los pioneros de la fotografía en color, ya que logró que esta forma de expresión artística fuera aceptada en galerías de arte y museos durante la década de 1970. Su impacto en la fotografía contemporánea es innegable.
Aunque sus fotografías parecen simples y directas a simple vista, siempre resultan cautivadoras. Eggleston fue influenciado por figuras destacadas como Henri Cartier-Bresson, Robert Frank y Eugène Atget. Comenzó su carrera en la fotografía en blanco y negro, explorando los suburbios de Memphis. Sin embargo, pronto adoptó el color como su medio preferido y comenzó a capturar todo lo que lo rodeaba con un enfoque artístico claro. A través de sus imágenes, Eggleston buscaba revelar la belleza estética presente en lo cotidiano: desde viejos zapatos y congeladores llenos de comida hasta el interior de baños, las piernas de una mujer, carteles de carretera, camiones viejos y árboles, entre otros temas. Su trabajo se convirtió en un emocionante homenaje a la vida misma.
La exposición que el MoMA le dedicó en 1976 marcó un hito, ya que fue la primera vez que la institución presentó una muestra exclusivamente de fotografías a color. A lo largo de su carrera, Eggleston recibió importantes reconocimientos, como el premio internacional de la Fundación Hasselblad en 1988 y el galardón PHotoEspaña Baume et Mercier en 2004.
"El misterio de lo cotidiano" es una de las exposiciones más representativas de la obra de este excepcional fotógrafo que se ha realizado en España hasta la fecha. Esta amplia antología está organizada cronológicamente e incluye sus primeros trabajos en blanco y negro, así como toda su trayectoria posterior en color a partir de 1965.
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